¿Darías un paseo con una línea?

por Roberta Pucci y Michele Ferri – Traducciòn de Simonetta Cittadini

 

En los primeros años de vida, el proceso de dibujar se desarrolla de forma natural de acuerdo con fases consecuentes: es un desarrollo orgánico y arquetípico que solo necesita un ambiente acogedor, respetuoso de los ritmos individuales.

Pero ¿qué pasa con los adultos, especialmente aquellos que dejaron de dibujar desde hace mucho tiempo? ¿Todavía es posible reiniciar el dibujo por el simple hecho de hacerlo, sin ansiedad de rendimiento por el resultado?

Aquí hay algunas sugerencias para todos los adultos que piensan que ya no pueden dibujar y necesitan un poco de ayuda. ¿Quisieras jugar?

Going for a walk with a line

En primer lugar, vamos a calentar la mano con un movimiento fluido y libre sobre la hoja de papel. Dibuja dos pequeños carteles de diferentes colores, que representen el punto de partida y el de llegada, donde quieras. Luego simplemente deja que tu mano vaya a caminar con un bolígrafo o marcador negro, explorando libremente el espacio de la hoja sin interrumpir la línea, en cualquier dirección, a la velocidad y el ritmo más cómodos. Si ya no sabe a dónde ir, reduzca la velocidad, más y más despacio… pero continúe. Esta actividad se puede repetir de diferentes formas, por ejemplo cambiando la velocidad de desplazamiento, la herramienta de dibujo, las posiciones de los puntos de partida y llegada. Quizás un color diferente sugiera un ritmo diferente … Y cada herramienta tendrá sus propias cualidades de «caminar». O podrías imaginar una línea con cierto tipo de personalidad, estado de ánimo o sentimiento: feliz, triste, enojado, curioso, aburrido, asustado. ¿Cómo será su recorrido?

También puede crear entornos más interesantes, colocando recortes y pequeños objetos en la hoja de papel. Luego explore estas áreas de papel con una línea.

Ahora recorramos caminos más intrincados, trazando líneas que se cruzan en muchos puntos (preferiblemente con un bolígrafo). A través de sus garabatos aleatorios se esconden formas interesantes: busque e intente encontrarlas… ¿Qué ve? Una vez que hayas identificado algunas formas, hazlas más reconocibles, por ejemplo, rellenándolas con colores o señalando el contorno con un color diferente o una línea más gruesa.

¿Qué hay de «vestir» tus formas? Puedes crear infinitas texturas combinando diferentes signos, puntos y líneas. Luego dibuja tu forma en un cartón texturizado que te guste y recórtalo. ¿Cómo se ve ahora?

Cada forma también se puede transformar cambiando su tamaño o proporciones, estirándola, aplastándola, como si fuera de un material plástico que se puede deformar a tu gusto. Al explorar estas variaciones, creará un grupo de formas que son un poco diferentes pero reconocibles como pertenecientes a la misma «familia».

En este punto, tienes varias herramientas de dibujo para inventar mundos imaginarios… Traza tus líneas, coloca y mueve tus formas en la hoja de papel: ¡saldrán muchas historias!

¡A Disfrutar!

 

Este artículo es un pequeño extracto del libro A spasso con una linea, de Roberta Pucci y Michele Ferri, publicado por Artebambini (solo en italiano… por ahora).

 

Este artículo forma parte del proyecto Grammar of Drawing sobre el lenguaje expresivo del dibujo, en una colaboración entre Suzanne AxelssonNona Orbach and Roberta Pucci.

Este texto ha sido traducido a 5 idiomas:

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